ASL, conjuntamente con la organización No Name Kitchen, ha iniciado una acción para disminuir los efectos que la llegada del COVID-19 está suponiendo para las personas desplazadas en Bosnia, las cuales se encuentran malviviendo en campos, edificios y estaciones de tren abandonadas en los alrededores de la población de Velika Kladusa, sin contar con las condiciones mínimas de higiene y sin acceso a una atención sanitaria.

La intervención consiste en garantizar la distribución de todo material necesario para que los y las migrantes puedan afrontar el confinamiento en mejores condiciones (sacos de dormir, ropa de abrigo, etc.). Asimismo, No Name Kitchen reparte comida diariamente para más de 160 personas, dado que las autoridades locales han prohibido la entrada de los/as migrantes a muchos supermercados.

Otras acciones que ambas ONGs están llevando a cabo consisten en garantizar la comunicación de los y las migrantes con sus familias y fortalecer la red de voluntariado local.

Las consecuencias de la llegada de esta enfermedad en los campos de desplazados está provocando un decrecimiento de las ONGs y voluntariado que trabajaban en el terreno y está contribuyendo al hecho de que, desde los países de acogida, se apliquen políticas racistas y que marginan a las personas más vulnerables, dejándolas completamente desprotegidas frente a esta situación.

En estos momentos, cerca de 650 personas están instaladas en edificios y en estaciones de tren abandonadas en los alrededores de Velika Kladusa, en muchos casos sin electricidad ni agua corriente.

ASL y No Name Kitchen trabajan ofreciendo a estas personas los materiales y alimentos básicos para poder sobrevivir de la mejor manera posible durante el periodo de confinamiento.