
Mejora y rehabilitación de pozos en la isla de Ibo (Mozambique)
El 14 de marzo de 2019, por primera vez en la historia (desde que se dispone de registros) un ciclón de las magnitudes de Idai tuvo lugar en Mozambique. Fue el país más gravemente afectado, junto con Malawi y Zimbabwe, y causó más de 600 personas muertas y cerca de un millón de personas damnificadas.
Unos días más tarde, el 25 de abril, el ciclón Kenneth volvió a afectar a Mozambique, junto con Tanzania.
Concretamente, en la isla de Ibo, el ciclón Kenneth afectó a más de 8.000 personas, que perdieron sus hogares, sus medios de vida y un acceso digno a los servicios sociales básicos.
El acceso al agua potable ha sido un problema permanente en la isla, si bien es cierto que después del paso de los dos ciclones este problema se ha agravado considerablemente, puesto que gran parte de los pozos de agua de la isla se han visto afectados y existe una carencia de sistemas higiénicos y sanitarios.
Por este motivo, la carencia de un acceso seguro al agua potable y a unas infraestructuras de higiene básicas es la principal fuente de enfermedades gastrointestinales y de malnutrición infantil.
La intervención de ASL
A raíz del paso de los dos ciclones por Mozambique, el Fons Català de Cooperació al Desenvolupament y el equipo EREC de ASL decidieron realizar una intervención conjunta para evaluar los daños y estudiar en qué sector se priorizaba actuar con el objetivo de mejora la vida de las personas afectadas. Con el apoyo de la Fundación IBO, que trabaja en la isla desde hace años, los miembros del equipo EREC han realizado un análisis de los daños centrados en el acceso al agua potable y en las viviendas.
Primer viaje al terreno
El día 20 de junio dos miembros voluntarios del equipo EREC de ASL se desplazaron a la isla de Ibo para evaluar qué intervención era más adecuada llevar a cabo, dados los daños ocasionados por los dos ciclones (Kenneth i Idai).
Tras el estudio de los daños, y teniendo en cuenta los factores económicos y temporales de qué disponíamos, se determinó que la intervención más efectiva y urgente era la reparación y mejora de una trentena de pozos comunitarios suministradores de agua potable a la población.
Los análisis realizados detectaron que la mayoría de los pozos contenían elementos bacterianos causantes de enfermedades gastrointestinales para la población, además de un PH y niveles de salinidad demasiado elevados.
De todos los pozos visitados, ocho de ellos no tenían ningún tipo de tapa que evitara la caída de animales y otras fuentes de contaminación; seis no tenían bomba o estaba estropeada, dos de ellos estaban en desuso y la mayoría presentaban filtraciones de aguas subterráneas contaminantes.
Con estos datos, ASL decidió enviar un segundo equipo al terreno para reparar estos pozos comunitarios y seguir realizando análisis del agua para determinar las problemáticas de cada pozo y los niveles de cloración requeridos.

Segundo viaje al terreno
El segundo viaje al terreno se definió en una intervención de mejora de los pozos comunitarios para hacerlos más seguros para la población. Dos voluntarias de ASL se desplazaron a la isla de Ibo a mediados del mes de agosto.
En primer lugar, se eligieron los pozos con mayor afluencia y consumo de la población, para maximizar la población beneficiaria de la actuación. Se contrató al personal local para realizar las primeras tareas: construcción de una tapa para asegurar el pozo, cimentación del pozo y construcción de un lavadero para facilitar las tareas de limpieza de ropa y así, ayudar a desviar el agua sucia y reduciendo la contaminación del agua de boca.
La acción concluyó con la mejora de dos pozos comunitarios, con la instalación de una bomba de extracción de agua y la construcción de un lavadero para cada pozo. DE esta manera, ASL terminó su intervención en la isla, con dos pozos asegurados y mejorados, beneficiando a un total de 200 personas, permitiendo extraer agua en mejores condiciones y de forma más higiénica.
